Me enseñaron a decir nunca digas nunca.
Me enseñaron que en la vida jamás debemos dar por hecho que no haremos tal o cual cosa.
Que siempre está presente la posibilidad de cambiar conductas, sentimientos, actitudes.
Francamente no creo que sea así, más bien todo lo contrario.
Amarte es lo más importante que me pasó en estos 25 años. Verme reflejado en tus ojos, soñar un porvenir juntos, mirarnos y saber qué piensa el otro, son bellos capítulos de nuestro amor de novela
Pasó un año y medio desde aquella fría noche de primavera en que nos abrazamos y detuvimos el mundo y aún sigo sintiendo la misma taquicardia antes de verte, la misma melancolía cuando nos despedimos y fantaseamos el próximo beso.
No sé vivir sin tus caricias, sin la singular manera que tenés de sacarme siempre una sonrisa, sin tu voz nombrando cada sílaba de mis sueños.
Nunca digas nunca aconsejan los expertos de la vida, aquellos que no tienen una íntima certeza por la cual jugarse el corazón y el alma, aquellos que no te conocen y no saben nada del amor.
A pesar de lo que me enseñaron y aconsejaron, lo digo y lo siento: Nunca voy a dejar de amarte
domingo, 13 de mayo de 2012
jueves, 23 de febrero de 2012
El día D
Así como existe el día del niño, de la madre y del padre, tendría que existir un día solamente tuyo.
Para que los jazmínes saluden tu paso elegante, para que los suspiros se arremolinen junto al viento, para que todas las cancionen te nombren.
Y aunque ese día no haya sido inventado, tengo la certeza de que todos los días los jazmínes aguardan tu llegada, de que los suspiros bendicen tu silueta, que todas las canciones hablan de tu belleza.
TU DÍA, todos los días.
Para que los jazmínes saluden tu paso elegante, para que los suspiros se arremolinen junto al viento, para que todas las cancionen te nombren.
Y aunque ese día no haya sido inventado, tengo la certeza de que todos los días los jazmínes aguardan tu llegada, de que los suspiros bendicen tu silueta, que todas las canciones hablan de tu belleza.
TU DÍA, todos los días.
martes, 19 de julio de 2011
Fotografía
Hoy estuve mirando viejas fotos. No se qué buscaba o si realmente buscaba algo.
Pero me detuve en una en particular.
Allí estaba yo con mis primos al borde de la pileta que estaba en la casa de mi abuelo.
Tendría unos seis años, siete a lo sumo y el pelo ensortijado me caía sobre la frente.
El niño que fui me miró fijamente. Me interpeló, me hizo recordar antiguas promesas,
me cuestionó caminos tomados.
En esa época no sabía lo que era la inflación, la nostalgia, la tecnología, la rutina.
Ahora sé muchísimas mas cosas que antes.
Pero soy más ignorante.
Pero me detuve en una en particular.
Allí estaba yo con mis primos al borde de la pileta que estaba en la casa de mi abuelo.
Tendría unos seis años, siete a lo sumo y el pelo ensortijado me caía sobre la frente.
El niño que fui me miró fijamente. Me interpeló, me hizo recordar antiguas promesas,
me cuestionó caminos tomados.
En esa época no sabía lo que era la inflación, la nostalgia, la tecnología, la rutina.
Ahora sé muchísimas mas cosas que antes.
Pero soy más ignorante.
martes, 5 de abril de 2011
El reflejo (Un paréntesis entre tanto sentimiento)
“A menudo los hijos se nos parecen” canta Serrat y se nos eriza la piel. Este verso pinta de manera esclarecedora lo que como padres anhelamos, vernos reflejados en nuestros hijos, mirarlos y encontrar en ellos un vestigio del niño que ya no somos. Ahora bien, la pregunta cae y nos golpea y nos hace pensar ¿Somos siempre un buen ejemplo para nuestros hijos? para responderla hace falta una mirada introspectiva, buscar en nuestras conciencias y contestarnos con la verdad en estado puro, sin ningún tipo de concesiones.
A veces, algún sábado que tengo libre, me acerco al club que está a la vuelta de mi casa y me siento a mirar los partidos de los chicos, esos que corren sin mas satisfacción que la alegría de estar ahí, compartiendo, jugando, divirtiéndose. El otro día estaba viendo un partido definitorio (para los padres, para los chicos son todos iguales) y me asombré al ver a un mayor gritándole a su hijo, reprochándole que no corría, que metiera y no se cuantas otras cosas más. Me alejé y me puse a reflexionar de por qué los chicos, luego, hacen actos que no podemos creer y decimos cómo pudo haber sucedido.
En esos años “dorados”, para los chicos somos un espejo en el cual ellos se ven constantemente reflejados y tratan de imitarnos, somos su guía, su luz en la oscuridad.
Ellos pueden ver a su padre/madre, asimilar lo que están haciendo y después vienen los problemas en la escuela, el club o el hogar.
Lo explica Beatriz Saal, licenciada en ciencias de la educación: “La sobreexigencia nunca da buenos resultados. Un chico muy exigido puede representar trastornos en el vínculo con su grupo familiar o sus compañeros”
Pero estos problemas que pueden surgir no necesitan de fórmulas mágicas, sino de algo elemental en toda familia, la comunicación; saber comprender, saber esperar, saber actuar, saber aconsejar, saber quién es nuestro hijo.
La doctora Maria Ageitos, consultora de UNICEF aclara: “Las modas, las presiones sociales o las propias frustraciones llevan a los padres a querer moldear chicos que logren sobresalir del resto”
lunes, 10 de enero de 2011
Ojos
Los vi iluminar la noche mas cerrada y jugar a ser el sol
Los vi murmurar verdades y contener la melancolía
Los vi
Los vi encandilar la primavera
y regalar resplandores
Los vi
Los vi refugiarse en una estrella
y ser la envidia del firmamento titilante
Los vi
Los vi sanar heridas
y derrumbar imperios
Los vi
Los vi y me vi reflejado en ellos
Fui feliz
Los vi murmurar verdades y contener la melancolía
Los vi
Los vi encandilar la primavera
y regalar resplandores
Los vi
Los vi refugiarse en una estrella
y ser la envidia del firmamento titilante
Los vi
Los vi sanar heridas
y derrumbar imperios
Los vi
Los vi y me vi reflejado en ellos
Fui feliz
jueves, 16 de diciembre de 2010
Albedrío
Es sentir tu mano pequeña sobre la mía
Libre albedrío de la ternura
Soledad a la intemperie
Es mirarte y abrazar certezas
Disuasión de destinos
Madejas que tu reflejo desenreda
Es oír el arrullo de Buenos Aires hablándome de ti
Ecos fugaces doblando las esquinas
Melodías…
Es anidar en tus labios como si no hubiera mañana
La eternidad en un beso
El idioma furtivo del silencio
Es nombrarte y no tener miedo
Letanía de mares, flores, luciérnagas
Muchas nueces, poco ruido
Es escribir estos versos
La aurora parpadeando en tus ojos
Seguir la brújula de tus pasos
Libre albedrío de la ternura
Soledad a la intemperie
Es mirarte y abrazar certezas
Disuasión de destinos
Madejas que tu reflejo desenreda
Es oír el arrullo de Buenos Aires hablándome de ti
Ecos fugaces doblando las esquinas
Melodías…
Es anidar en tus labios como si no hubiera mañana
La eternidad en un beso
El idioma furtivo del silencio
Es nombrarte y no tener miedo
Letanía de mares, flores, luciérnagas
Muchas nueces, poco ruido
Es escribir estos versos
La aurora parpadeando en tus ojos
Seguir la brújula de tus pasos
lunes, 4 de octubre de 2010
Señuelo
En cada puerta que se abre late la esperanza de encontrarte,
con tu sonrisa como un hola, con la primavera floreciendo en tus labios
Tu perfume cruza el aire como cometas errantes,
señuelo de mis anhelos, mis utopías
De lejos veo tu figura entumecer las calles, los semáforos, las sombras.
No saldrá en los diarios, pero a tu paso Buenos Aires contuvo el aliento.
Te contemplo en silencio como a un crepúsculo de verano
y el rocío de tu mirada acaricia mi piel
Amor a primera vista, a segunda, a tercera.
Mujer te amo, mujer me amas
El mundo gira y en tu regazo descansa.
con tu sonrisa como un hola, con la primavera floreciendo en tus labios
Tu perfume cruza el aire como cometas errantes,
señuelo de mis anhelos, mis utopías
De lejos veo tu figura entumecer las calles, los semáforos, las sombras.
No saldrá en los diarios, pero a tu paso Buenos Aires contuvo el aliento.
Te contemplo en silencio como a un crepúsculo de verano
y el rocío de tu mirada acaricia mi piel
Amor a primera vista, a segunda, a tercera.
Mujer te amo, mujer me amas
El mundo gira y en tu regazo descansa.
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