Es sentir tu mano pequeña sobre la mía
Libre albedrío de la ternura
Soledad a la intemperie
Es mirarte y abrazar certezas
Disuasión de destinos
Madejas que tu reflejo desenreda
Es oír el arrullo de Buenos Aires hablándome de ti
Ecos fugaces doblando las esquinas
Melodías…
Es anidar en tus labios como si no hubiera mañana
La eternidad en un beso
El idioma furtivo del silencio
Es nombrarte y no tener miedo
Letanía de mares, flores, luciérnagas
Muchas nueces, poco ruido
Es escribir estos versos
La aurora parpadeando en tus ojos
Seguir la brújula de tus pasos
jueves, 16 de diciembre de 2010
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