Así como existe el día del niño, de la madre y del padre, tendría que existir un día solamente tuyo.
Para que los jazmínes saluden tu paso elegante, para que los suspiros se arremolinen junto al viento, para que todas las cancionen te nombren.
Y aunque ese día no haya sido inventado, tengo la certeza de que todos los días los jazmínes aguardan tu llegada, de que los suspiros bendicen tu silueta, que todas las canciones hablan de tu belleza.
TU DÍA, todos los días.
jueves, 23 de febrero de 2012
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